Historia de Hondón de las Nieves
Prehistoria
La historia de Hondón de las Nieves se remonta al Paleolítico Superior. El primer yacimiento documentado arqueológicamente es la cueva del Rollo, al norte del término de Hondón de las Nieves, a escasos metros del término de Aspe.
De la época ibera y romana no tenemos constancia de restos arqueológicos a causa de los cultivos del terreno que se han movido destrozando los yacimientos, a veces expoliándolos y otras veces silenciando su existencia, aunque hay evidencias de restos romanos como monedas, etc. Esto se debe sobre todo a la proximidad con la línea del Vinalopó, de Elche a Villena, es decir la Vía Augusta romana que fue uno de los ejes del territorio de Teodomiro de Orihuela.
Edad Moderna (I)
Durante la invasión musulmana acaecida en el 711 esta zona, pasa a pertenecer a la Cora de Tudimir, que abarcaría desde el río Vinalopó al río Almanzora y desde las fuentes del río Mundo hasta el Mediterráneo, es decir las actuales provincias de Murcia, norte de Almería y sur de las de Albacete y Alicante. En esta época no tenemos constancia de la existencia de un núcleo de población, se trataría más bien de una población escasa y dispersa.
La zona de Hondón es denominada como “Ufra” por los musulmanes que significa lugar hondo. Dependía del “hisn ´Asf”, es decir del Castillo del río en Aspe, alquería que servía de fortaleza.
En 1243 tuvo lugar la ocupación castellana de estas tierras y el ra´is (gobernador) de Crevillente Ahmad ben Hud, que dominaba estas tierras se sometió al protectorado de Castilla.
Desde 1262 este territorio formaba parte del Señorío del Infante don Manuel, hermano de Alfonso X, cuyo señorío abarcaba los Valles del Vinalopó. La ocupación de las tierras por Castilla supuso entrar en la zona de influencia castellana a pesar de que los reinos de Taifa y sus gobernadores musulmanes continuaron controlando el territorio aunque pagando la mitad de las rentas al rey cristiano.
Tras la revuelta mudéjar de 1264-66 entra en acción el rey aragonés Jaime II, para sofocar la revuelta y anexionarse estos territorios a la Corona de Aragón. En 1296 conquista la ciudad de Alicante e incorpora la villa de Aspe al Señorío musulmán de Crevillente hasta 1318 que pasa a la Ordenación Jurídico-administrativa de la Procuración General de Orihuela. En esta época el territorio es lugar de realengo hasta 1329 que forma parte del señorío de Orihuela. Este territorio jugo un papel importante durante la Guerra de los dos Pedros, por tratarse de núcleos dispersos de población fronterizos con el reino de Castilla. En 1368 es donado a Sir Hugo de Calviley por Pedro IV de Aragón a cambio de los servicios prestados y en 1383 es vendido a la Corona de Aragón.
Es en estos momentos, según las fuentes escritas, cuando se construye la ermita de San Pedro, en la cual tiene lugar según la tradición la aparición de la imagen de la Virgen de las Nieves en 1418.
Época de calamidades, pestes, malas cosechas, etc… Hondón de las Nieves era una pequeña aldea de agricultores perteneciente al marquesado de Elche, y cuya jurisdicción corría a cargo de la villa de Aspe.
Los alodios de Aspe y Elda fueron vendidos en 1424 al noble aragonés Alfonso Ximén Pérez de Corella, copero mayor del rey Alfonso V de Aragón, el cual facilitó la repoblación de familias cristianas. En 1469 el procurador de Elda Arnau Rosell rogó al Consejo de Orihuela para que se permitiese a los moros de Aspe que cultivasen las tierras de Hondón y por contemplación al Conde, se le concedió licencia, siempre que pagasen el diezmo y no labrasen tierras de los vecinos de Orihuela. En estos tiempos existen ya dos hondones diferenciados el de Aspe y el que era propiedad de los frailes dominicos de Orihuela (Hondón de los Frailes).
En 1497 Juan Ruiz de Corella vende el lugar de Aspe a don Gutiérrez de Cardenas, Señor de Elche, para permanecer unido a este señorío después elevado al rango de marquesado
Edad Moderna (II)
En el siglo XVI el lugar de los Ondones de Aspe comprendía a Ondón de la Ermita (Hondón de las Nieves) y Ondón de las Balsas (El Rebalso, que recibía este nombre debido a la existencia de unas balsas a la orilla de la actual carretera).En esos momentos La Canalosa era unos pagos, es decir tierra de cultivo con casas de agricultores dispersas.
El obispo de Orihuela Fray Andrés Balaguer constata en 1607, que existían en la ermita de los Ondones de Aspe dos misas cantadas sufragadas por los moriscos de la villa de Aspe. Esto se debía a que el I Sínodo de Orihuela de 1569 impuso a los gobernantes de cada localidad que vigilaran las prácticas religiosas de los musulmanes recién convertidos al cristianismo. En la villa de Aspe el obispo nombró a Ausias Aznar alguacil para dar cumplimiento a los contenidos del sínodo.
En 1609, se produce la expulsión de los moriscos por orden del rey Felipe III. Esto supone un gran quebranto para la economía, pues los señores perdían a la mayoría de sus vasallos. Se suspenden las romerías a la ermita de los Ondones de Aspe. En 1629 el obispo de Orihuela, en su visita pastoral a la parroquia de Aspe, pone de manifiesto que se ha perdido la tradición de ir en romería a la ermita de los Ondones e insta a la población de Aspe a recuperar dicha tradición.
En 1658 se levanta una nueva ermita dedicada a la Virgen de las Nieves, que estaba rodeada por unas 20 casas de labradores y que costó más de 1.000 ducados, recogidos por las limosnas de trozos de pan que daban los vecinos de la villa de Aspe en los hornos. Se trataría más de una remodelación de la ermita anterior, dedicada a San Pedro.
Ante el aumento de la población que se produce el en siglo XVIII en los Ondones de Aspe, el obispo de Orihuela don José Gómez de Terán optó en 1746 por erigir la ermita en parroquia bajo la advocación de Ntra. Señora de las Nieves, y pocos años después se firmó el I Concordato entre Aspe y Hondón en 1769 que reglamentaba el traslado de la Virgen de las Nieves desde esta localidad a Aspe. Pero este Concordato provocó que creciera la desavenencia entre las dos localidades y en 1776 se firmo el II Concordato.
Edad Contemporánea (I)
Entre 1815 y 1839 se construye el cementerio antiguo situado en el actual Paseo de D. Juan Bonmatí.
En 1838 el poblado de Hondón de las Nieves solicitó la segregación de la villa de Aspe, la cual fue desestimada por la regente Mª Cristina de Borbón. Una segunda petición que constituye el proceso oficial de segregación en 1839 fue llevada a cabo por el Ministro de Fomento, Javier de Burgos. Así el de 3 de mayo de 1839, por Real Decreto de la regente Mª Cristina, Hondón de las Nieves era segregado del municipio de Aspe. En dicho decreto se fija la población en 418 vecinos y una renta de 190.000 Rv. El 17 de mayo, el Gobierno Político de Alicante comunicó a José Pérez, promotor fiscal de Monóvar, que constituyera la Junta Parroquial. Cuando se procedió a deslindar el término, se señaló provisionalmente el que en ese momento delimitaba el radio de su feligresía. Este deslinde tendría más pleitos con la corporación de Aspe por no corresponderse la superficie deslindada con el número de habitantes. El 18 de diciembre de 1839, tras la ley de desamortización de Mendizábal, la Reina Gobernadora ordenó la segregación de Hondón de los Frailes de Redován y que pasase a depender de Hondón de las Nieves.
En 1842 se nombró al arquitecto académico don Emilio Jover para levantar el croquis de todo el término de Hondón de las Nieves, el de los Frailes y el de la villa de Aspe. La corporación de la villa de Aspe presentó una queja al gobierno por las parcialidades observadas, al adjudicar medio término a una población de 100 vecinos. El 3 de marzo el regente general Espartero aprobó la división de términos que es notificada al Ayuntamiento con fecha del 20 de marzo de 1842. Por Real Orden de 3 de mayo de 1842 se fijan en los lugares adecuados los mojones, quedando concluida la partición de los términos municipales. El término de Hondón de las Nieves abarcaría Hondón de las Nieves, pagos de La Canalosa, Tolomó, Alcaná, Hondón de las Balsas, Hondón de los Frailes y la Murada.
A raíz de la Segregación de Hondón de las Nieves se firma el III Concordato en 1848, ya que habían cambiado las condiciones de la relación entre los dos pueblos. La Fiesta del 5 de agosto, en honor de la Virgen de las Nieves, se acordó celebrarla alternativamente: los años pares en la villa de Aspe y los años impares en Hondón de las Nieves.
En 1846 existían dos escuelas: una de niños a la que asistían 20 alumnos y otra de niñas con la misma asistencia.
El 12 de diciembre de 1877 tomó la Guardia Civil posesión de la nueva casa-cuartel, ubicada en la Calle Mayor.
La primera rotulación de las calles ocurrió a finales del siglo XIX, según Real Orden del 24 de febrero de 1887.
Durante el primer tercio del siglo XX, Hondón de las Nieves experimentó un descenso importante la población. En 1900 había 3690 habitantes, con lo que registra el mayor número de habitantes de su historia. Esta fecha marca el inicio de su decadencia demográfica, consecuencia de las malas condiciones económicas. En 1918 se produce un saldo vegetativo negativo debido a una epidemia de gripe. Entre 1920 y 1930 se pasa de 3454 habitantes a 2232 habitantes. Este descenso tan alarmante, que supone un 35,37% de la población, se explica si al número de jornaleros que marchaban a la siega u otras faenas agrícolas hacía Aragón, Castilla o Argelia, añadimos los que pasaron a formar el municipio de Hondón de los Frailes a partir de 1929. En el censo de 1930, de dicho municipio, aparece una población total de 793 almas.
En este panorama la situación de Hondón de las Nieves es similar al resto de las comarcas del Vinalopó Medio a excepción de Elda y Petrer.
Como en el resto de la comarca, y a pesar de la decadencia de la vid, el sector primario, la agricultura, constituía entre 1900 y 1930 la principal riqueza y fuente de ocupación de la fuerza de trabajo local. El producto básico era aún el viñedo, aunque ya quedaban lejos los años de esplendor de finales del siglo XIX. Según N. Alimiñana, se producían en Pinoso, Villena, Aspe y Hondón de las Nieves más de 700.000 hectolitros de vino que eran casi en su totalidad exportados a Francia. También existía en el primer tercio del siglo XX una importante actividad industrial: fábricas de aguardiente, molinos de yeso, molinos harineros, bodegas, almazaras, canteras, carpinterías, etc.… así como una importante industria alpargatera de carácter artesanal. Los obreros/as alpargateros solían trabajar en su propio domicilio y alternaban la construcción de suelas para alpargatas con las faenas agrícolas. Era un trabajo de temporada y remunerado de forma irregular. Las máquinas e instrumentos solían ser de los obreros, desde el humilde banco de alpargatero hasta la máquina de coser “Singer”, adquirida a plazos. Además las mujeres, ancianos y niños se dedicaban a preparar la pleita y el esparto para las fábricas de esteras y cordelería como la de Manuel Galipienso de Crevillente
Edad Contemporánea (II)
Antes de acercarnos a los movimientos sindicales y políticos de la clase obrera, habría que hacer referencia a la clase de ricos agricultores en el primer tercio del siglo XX, encontramos un gran número de propietarios: Antonio Guardiola Galiana, Ramón Socorro, Eduardo Sastre Cortés, Eliseo Jover Botella, Juan Lorenzo Bonmatí Albert, Vicente Calatayud, Ignacio Quesada, Esmaragdo Tortosa Tortosa, Francisco Mira, Silvestre Cerdá, Tomas Navarro, etc. Además de los propietarios residentes en Aspe que poseían grandes fincas en el término de Hondón de la Nieves como: Dña. Antonia Olivares, D. Vicente Muñoz, D. Julio Alcaraz, D. Antonio Mira-Perceval, D. Vicente Gumiel (señorito caminanto), etc.
La clase obrera era la más abundante y la más desatendida, campesinos y jornaleros agrícolas, estaban sometidos a fuertes presiones, entre las cuales la lucha por sobrevivir al día siguiente, era la más importante. Los salarios entre dos y tres pesetas de media diaria a principios de siglo, no sobrepasaron las seis pesetas veinte años más tarde, mientras los precios de los productos básicos no cesaron de subir. La solución por la que optaron no fue la más acertada, el destajo, así como la incorporación de la mujer y de los niños a las tareas agrícolas. Las jornadas solían ser de diez horas como mínimo.
Tras la I Guerra Mundial, la neutralidad española produjo buenos negocios, estos no llegaron por igual a los trabajadores, que se vieron acosados por el alza del precio de las subsistencias y las materias de primera necesidad, la inflación y la crisis del trabajo comenzaba a afectar a la clase obrera en general. Además en la agricultura, en el primer tercio del s. XX aparece filoxera, una epidemia importada de Francia. En 1906 la plaga había afectado al término de Hondón de las Nieves. Hay que añadir los largos periodos de sequía y la falta de demanda exterior. En general se observa en los agricultores de la provincia de Alicante una clara desorientación y una sensación de crisis por la baja del comercio de la vid.
La clase obrera, tuvo que afrontar el enorme problema del paro (relacionado en última instancia con la crisis mundial provocada por el “crack” de 1929). No faltaron en esta época huelgas parciales de poca importancia.
El 15 de diciembre de 1930, se inicio una huelga general en toda España, que duró cuatro días completos. Con este clima de violencia y enfrentamientos se celebraron las elecciones municipales.
En las elecciones municipales de Hondón de las Nieves, de 12 de abril de 1931, se alzó con el triunfo Mariano Mira Botella, primer alcalde republicano y socialista, presidente de la Sociedad de Agricultores “la Constancia”. El 14 de abril, tras conocerse la noticia procedente de otros puntos de la provincia, la bandera tricolor comenzó a ondear en la fachada de la Casa Consistorial.
La llegada al poder de las derechas, en 1933, provocó la radicalización de las organizaciones socialistas desde finales de dicho año, porque se procedió a la revisión de las reformas llevadas a cabo en los primeros años de la República. En este periodo convulso, se suceden cinco alcaldes: Antonio Tortosa Pérez (1933), Emilio Tortosa Martínez (1934), Vicente Sánchez Ramírez (1934), Vicente Bellot Soler (1935) y Emilio Tortosa Martínez (1936). La conflictividad social alcanzó un alto nivel durante el año 1934.
Edad Contemporánea (III)
Tras el alzamiento militar del 18 de julio de 1936, en Hondón de las Nieves se creó un Comité Popular Antifascista, cuyo presidente fue en sus inicios José Mª Ramón. El Ayuntamiento se convirtió en un comité revolucionario local, controlado por la Sociedad Agraria “la Constancia”, lo que supuso para la retaguardia de Hondón una autentica revolución social y económica de características originales a través de las ocupaciones e incautaciones obreras de tierras, viviendas y edificios religiosos.
A partir del 28 de julio de 1936 se saquearon y destruyeron los objetos de culto de la parroquia Ntra Sra de las Nieves y de la ermita de la pedanía de La Canalosa, así como de muebles, ropas y aperos agrícolas de 11 casas particulares y se llevó a cabo una incautación. Existían tres cárceles, una de ellas en la iglesia.
El 25 de julio de 1940 se bendice la nueva imagen de la Virgen de las Nieves obra del escultor valenciano José Romero Tena.
En el año 1953 tras varios intentos de gestación, se hace realidad la iniciativa de D. Luis Tortosa Pérez (Canónigo de la Catedral de Murcia), de crear un colegio de religiosas para la educación de los niños de Hondón de las Nieves. Se funda el Colegio Virgen de las Nieves con la comunidad de Hermanas Franciscanas de la Purísima Concepción de Murcia.
En 1966 se construye el actual CEIP Ntra Sra de las Nieves, trasladándose a él el alumnado de las escuelas públicas que hasta ese momento estaba disperso en otras dependencias locales: los edificios que actualmente albergan biblioteca y el mercado.
El 15 de noviembre de 2005 es aprobada por S. S. Benedicto XVI, el decreto por el cual se declara patrona canónica de Hondón de las Nieves a la Virgen de las Nieves. El acto de acción de gracias tiene lugar el 23 de julio de 2006 en la Plaza de la Villa con la asistencia del Obispo de la Diócesis D. Rafael Palmero Ramos.
En febrero de 2007 empiezan la rehabilitación de la Parroquia de Ntra. Sra. de las Nieves, a través de una iniciativa de la Cofradía de la Virgen de las Nieves que sufraga los gastos de arquitectos e ingenieros, el Ayuntamiento asume el coste de la obra junto a la Generalitat Valenciana que sufraga, a través de una subvención, parte del coste. Aparecen, al picar las paredes, unas pinturas murales al temple de 1717-1728 de las antiguas capillas laterales de la ermita de Ntra. Sra. de las Nieves.